lunes, 6 de junio de 2011

En 1910 se produjo un cambio rotundo en la moda, influenciado por el "Ballet Ruso" que recorría los escenarios europeos. Los colores llamativos y la onda oriental, reemplazaron a la hegemonía en tonos pastel y las faldas largas. 

Los colores de la indumentaria reflejaban aquellos que tenían para gastar. Todo eran suaves tonos pasteles, en rosa, azul pálido o malva; o negro con pequeñas lentejuelas cosidas por todas partes. Los tejidos preferidos eran el chiffon, la museline de soie y el tul. Muchos vestidos de satén se  bordaban con dibujos de flores en pequeños grupos de cintas o pintadas a mano.
Las blusas empezaron a tener hechura muy complicadas y se adornaban con pliegues y añadidos, el bolero era muy popular, así como se llamaba corpiño Eton, una prenda que era como las chaquetas de los muchachos de eton “mangas globo” de los 90 estaban ya desfasadas, ahora se ajustaban en general en la muñeca y eran bastantes largas, tapando media mano.
Otra característica de este periodo viene definida por la importancia que adquiere el traje sastre. Muchas mujeres de clases media, se estaba empezando a ganando la vida como institutrices, secretarias y dependienta y hubiera sido imposible para ellas llevar a cabo sus actividades vestidas con los complicados trajes de fiesta que hemos descrito antes. Incluso las mujeres ricas llevaban trajes- sastres  en el campo o de viaje.




No hay comentarios:

Publicar un comentario